Desde primeras horas del día, el centro se llenó de personajes de terror, desde vampiros y zombis hasta brujas, todos listos para celebrar una fiesta que no tiene edad. 

Este tipo de actividades no solo permiten celebrar una festividad internacional, sino que también favorecen la interacción social entre estudiantes y docentes, fomentando la creatividad y el trabajo en equipo en un contexto distinto al habitual. La celebración de Halloween en el CEPA ha demostrado que el aprendizaje no está reñido con la diversión y que este tipo de eventos pueden enriquecer la experiencia educativa en un ambiente de confianza y alegría compartida, recordando que nunca se es demasiado mayor para disfrutar de Halloween.